Anteriormente destacamos la necesidad que tienen los músicos (especialmente violinistas) de crear patrones mentales que ayuden en la ejecución de su instrumento, detrás de dichos patrones no sólo está la constante búsqueda de la afinación, base de una buena ejecución, sino la posibilidad de ir más allá y lograr expresar sentimientos o emociones.
Alumnos de Mi Violín de la Escuela de Música Musarte de Motril
En Mi Violín apostamos por interiorizar esos patrones mediante el canto, tanto individual como en grupo, y es que cada canción, cada ejercicio, independientemente que sea para concebida para el instrumento, pasa primero por un trabajo vocal, cantando y entonando cada nota.
No se trata simplemente de cantar lo que luego van a tocar; la metodología cuenta con:
● Canciones originales o versiones de melodías clásicas o infantiles que tienen letra. Unas a manera de intermedio, otras de introducción, pero que forman parte indispensable de las mismas.
● Lecciones hechas expresamente para cantar. Mediante la serie “Leemos y cantamos”, la metodología a los largo de sus tres cursos va en continuo progreso, sumando todos los contenidos que los alumnos van interiorizando: figuras, rango de notas, matices, indicadores de tempo, de expresión y distintos términos musicales, que buscan ya no sólo la fluidez en la lectura musical sino una correcta entonación que indirectamente se va a ver reflejada en el instrumento.
Así que si quieres tocar el violín ¡Debes cantar!
Mark Contreras Gómez
